Só son unha moza con rabia

Un mantel bordado, una cesta, empanada, fruta, limonada sin alcohol. Un pícnic aparentemente inofensivo.

Una mujer, vestida como una ama de casa de los años 50, invita al público a sentarse, a compartir, a mirar. Pero pronto el gesto amable se vuelve acción poética: una pieza de cerámica blanca, unas gafas de protección, una pistola de juguete y una descarga de esmaltes de colores sobre el bordado. Disparar como quien pinta. Manchar como quien cuenta. Cocer lo que fue gesto efímero y convertirlo en una instalación permanente.

Una performance que funde cerámica y bordado, tradición y ruptura, memoria y creación. Cada pase genera una pieza única, resultado del azar controlado y de la interacción entre materiales y narrativa femeninas.